La importancia de enseñarles  empatía, bondad y compasión a los adolescentes.

Para todos quienes somos padres no es fácil aceptar que nuestros hijos van creciendo, especialmente cuando van llegando a la adolescencia, y eso significa que van tomando distancia de nosotros, buscan sus propios espacios, prefieren estar con amigos, y dejan de ser tan proclives a los mimos y apapachos de la infancia. Para los papás es un etapa a veces compleja, difícil de entender, temida muchas veces, ya que los teens prefieren apoyarse en sus pares y abrirse con ellos, que con sus propios padres. Sin embargo, el que confíen en su grupo es bueno para su desarrollo emocional. 

Un reciente estudio de la Universidad Australiana de  Murdoch and Griffith, descubrió que los adolescentes se manejaban mejor con una situación estresante, si  la vivían acompañados de sus pares que de adultos.

Los investigadores plantearon que, "Estar con pares durante tiempos de stress, puede ofrecer a los adolescentes un espacio de apoyo y protección que los puede ayudar a tolerar la turbulencia emocional que la adolescencia puede conllevar"

Algunas situaciones gatillantes de stress que se consideraron tenían relación con recibir una baja nota, terminar con el pololo o polola, pelear con un compañero, hacerse cargo de hermanos menores, entre otros. En este contexto, los jóvenes que estuvieron acompañados de amigos o estuvieron en línea con ellos inmediatamente después del evento estresante, presentaron menores niveles de tristeza, celos o preocupación que aquellos que se encontraban solos o en compañía de adultos.

¿Cómo ocurre esto? Entre los jóvenes se animan y se distraen para salir de la situación difícil. 

Esto nos lleva a pensar en la importancia de que no sólo los adultos debemos estar preparados para contener los altos y bajos de este período de la vida, sino que también resulta  significativo enseñar desde temprano el poder de ayudar a otros. Potenciar en casa y en el colegio habilidades sociales como la empatía o la capacidad de entender lo que siente o piensa otra persona, y la compasión, que  no solo es ponerse en el lugar del otro, sino que además me siento impulsado a aliviar o remediar el sufrimiento del otro, son destrezas fundamentales que nos permitirán tener jóvenes con niveles más altos de felicidad, confianza en sí mismos y capacidad para enfrentarse a las dificultades.